Las mejores copas tienen el fondo redondeado y su parte superior debe finalizar en forma cónica y orientado hacia el interior para que no se escapen los matices.
El tipo de cristal recomendado es el transparente y liso.

Sus medidas estándar varían entre 5 y 10 centímetros de alto y según la International Standart organization, un ancho de 6,5 centímetros.
Para los vinos añejos lo recomendable es servir en una copa ancha y de fondo pequeño, a diferencia de los más jóvenes que precisan de una boca más estrecha con un fondo grande.
Para los espumosos o champán ya mencionamos que la copa debe ser alta y delgada.



Una copa para vino blanco estará más en forma de U, permitiendo que salgan los aromas mientras se mantiene a una temperatura más fresca.

El vidrio de los blancos más maduros será más recto y más alto para llevar el vino a la parte posterior y los lados de la lengua para degustar sus sabores más audaces.

La copa de vino espumoso o flauta, es más estrecha para mantener la carbonatación y capturar el sabor de la bebida.


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