Los foodies que se portan bien, no van al cielo, van a Eataly.
Los foodies que se portan bien toda su vida, no van al cielo, van a Eataly. No sirve de nada que te lo expliquen, tienes que verlo con tus propios ojos para hacerte una idea de su magnitud: 2.400 m² de productos italianos y restaurantes gourmet, uno al lado de otro. En apenas tres años, Eataly se ha convertido en uno de los puntos culinarios más calientes de Nueva York, donde es difícil hacer menos de una hora de cola para subir a la Birreria de su azotea. Pero lo que poca gente conoce es que la historia de Eataly empieza unos años antes, en Torino, cuando Oscar Farinetti decidió juntar con éxito dos conceptos tan antagonistas como el hipermercado y los productos gourmet de alta calidad. Para hacer esta gran superficie aún más atractiva, Eataly Torino está dividida en ocho zonas temáticas, cada una con su restaurante especializado que sigue a rajatabla la doctrina del Slow Food: carta breve (no más de ocho platos) e ingredientes Km 0 que van cambiando según la temporada (es un espectáculo ir a principios de otoño y pasar por la zona de trufas). Puede que haya capitales italianas más glamurosas, pero si aún te quedan días de vacaciones, no sería mala idea poner Torino en tu lista de próximos destinos. ¡Ah! Y para los nostálgicos del vermut, Eataly Torino está situado en la antigua destilería Carpano y conservan un pequeño museo sobre la historia de la marca. Y no dejes de echar un vistazo a su Instagram, porque es una auténtica maravilla.
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